Bohdan Chuma: “La historia de Ucrania es una historia normal y típica de una nación europea”

Putin está intentando escribir una historia del imperio ruso que comienza en el imperio zarista, sigue en el comunismo soviético, el imperio rojo, y continúa ahora bajo su gobierno.

El Dr. Bohdan Chuma es profesor asociado del Departamento de Historia y fundador y director del Programa “Estudios Ibéricos de la UCU” Universidad Católica de Ucrania, situada en Lviv. Conocí al profesor Chuma por el curso que impartió con el profesor Oleksandr Pronkevych sobre historia de Ucrania en colaboración con la Universidad de Cádiz. En esta entrevista hablamos de muchos de los hitos de la historia ucraniana.

Álvaro Peñas: ¿Habrá oído muchas veces que Lenin fue el creador de Ucrania?

Bohdan Chuma: Sí, y es lo que ahora dice Vladimir Putin. Los políticos usan la historia en todas partes en favor de su ideología porque todos sabemos algo de historia, pero no lo suficiente, y ellos se encargan de manipularla. Ahora parece que Putin se ha vuelto estalinista y leninista, cuando hace años estaba claramente en contra, y está intentando escribir una historia del imperio ruso que comienza en el imperio zarista, sigue en el comunismo soviético, el imperio rojo, y continúa ahora bajo su gobierno. Es curioso cómo se mete en el mismo saco a Lenin y Stalin con el zar Nicolás II que fue asesinado por los comunistas.

Un hito muy importante en la historia de Ucrania es la Rus de Kiev y también uno de los más disputados.

Es importante entender los términos, porque en los idiomas eslavos “Rus” y “Rusia” son dos términos distintos, pero para los occidentales son lo mismo. “Rus” es un término histórico que se refiere al primer Estado organizado en estos territorios, la Rus de Kiev, que fue un estado típico medieval, que existió de mediados del siglo IX a mediados del siglo XIII, y en el que lo más importante era la dinastía. Tras su caída empezó el debate sobre a quién pertenecía, quien era el heredero de esa Rus. Por suerte para los ucranianos, su centro era Kyiv, nuestra capital actual, y cubría buena parte del territorio ucraniano. Respecto al nombre de Rusia, encontramos en la mancomunidad polaco-lituana un palatinado en el siglo XIV y con capital en Lviv denominado la “Rusia Roja” y en Bielorrusia la “Rusia Blanca”. Sin embargo, será el Gran Ducado de Moscovia el que se apropiará el nombre de Rusia, la gran Rusia, desde el siglo XVIII. Frente a esta Rusia grande hay una Rusia pequeña, Ucrania, pero ¿quién es realmente el grande y quién el pequeño? Hay que entender que no hablamos de Estados modernos y que el significado de los términos no deja de cambiar.

¿Cuándo surge la idea nacional en Ucrania?

Como en muchos otros lugares es durante el siglo XIX, que es cuando se crean las naciones modernas. Incluso para los rusos, que al mismo tiempo que forjan su imperio, desarrollan su propia idea nacional. En ese momento se considera un deber la creación de una historia nacional lo más directa posible. En Ucrania esto sucede a finales de XIX con Mykhailo Hrushevsky, un historiador que luego sería uno de los líderes de la independencia de Ucrania. Él escribió la historia de la “Rus Ukraina” y de aquí surge la idea de unificación nacional, de una gran nación que entonces contaba con treinta millones de habitantes. Este proceso fue más tardío que en otras partes de Europa y aún está en marcha durante las revoluciones de principios del siglo XX.

Con la derrota en la Primera Guerra Mundial y la revolución, muchas naciones se liberan del yugo ruso: Polonia, Finlandia, los países bálticos, y también Ucrania.

Sí, con la revolución contra el Zar, las élites ucranianas proclaman la creación de una nación dividida entre dos imperios, con múltiples nacionalidades, como polacos, judíos o rusos, y con distintas identidades, como los ucranianos que se sentían parte de la idea imperial rusa o de la pequeña Ucrania. En la guerra de independencia hay una lucha entre estos proyectos e identidades, y también ideológica, y es la causa principal del fracaso de la revolución ucraniana.

Hay un hecho bélico al que se ha denominado las Termopilas ucranianas, en el que unos 300 cadetes detienen durante horas a miles de bolcheviques. ¿Qué importancia tiene esta hazaña para Ucrania?  

La batalla de Kruty es un hecho histórico y es muy importante en la construcción del mito nacional que hace frente a la invasión ruso/soviética. El gobierno de Kyiv no contaba con un ejército para hacer frente a los soviéticos porque las únicas fuerzas militares a favor de la independencia estaban en el oeste, y varios centenares estudiantes fueron los que dieron la vida para resistir al invasor. Su número, en torno a 300, tiene una clara connotación mitológica que nos lleva a pensar en la resistencia espartana frente a los persas. Estos mitos nacionales existen en muchos otros países y creo que es muy importante subrayar que la historia de Ucrania es una historia normal y típica de una nación europea.

Un hecho terrible de la historia ucraniana es el Holodomor. Se ha intentado minimizar el crimen afirmando que fue consecuencia de una política agraria errónea y que la hambruna sucedió en otras partes de la Unión Soviética.

El hambre castigó otros lugares, pero lo que sucedió en Ucrania fue la “pacificación”, mediante una gran hambruna, de las tierras rebeldes. Hay un interesante documental del Instituto de la Memoria Ucraniana, “¿Por qué fue posible el Holodomor?”, que explica muy bien los documentos soviéticos. En los años 20 la política de liberalización social y económica trajo consigo una liberalización nacional y política, e incluso los comunistas ucranianos se convirtieron en nacionalistas y asumieron el lema “lejos de Moscú”, porque entendían que la historia y la cultura ucraniana tenía más que ver con Europa que con Moscovia. La idea nacional se mantuvo fuerte en el campo, mucho más tradicional, mientras que en las grandes ciudades se asumió con mayor facilidad las ideas soviéticas. Por esa razón, para Stalin y los dirigentes comunistas era necesario “pacificar” el campo y esta fue la causa principal del Holodomor, acabar con la identidad ucraniana e implantar la mentalidad soviética, el “homo sovieticus”.

Los investigadores no tienen ninguna duda de que se trató de una hambruna artificial, planeada y dirigida desde Moscú con unas directivas muy evidentes. Esto no sólo sucede en Ucrania, también había que “pacificar” otros territorios en los que había grupos étnicos muy diferenciados, como en Kazajistán o en Kuban. Esta última es una historia muy interesante porque los cosacos de Kuban eran los herederos de los cosacos ucranianos de Zaporiyia, pero que habían desarrollado su propia identidad.

¿La revolución del Maidán es la culminación de todos estos intentos de alejarse de Moscú que se habían dado en el siglo XX?

Nosotros reconocemos que las naciones modernas fueron creadas durante el siglo XIX y tenemos que reconocer que la identidad nacional no es algo cerrado. Después de la caída de la Unión Soviética en la Ucrania independiente había millones de personas que se identificaban con la identidad rusa, en muchos casos como consecuencia de la rusificación, pero los hijos de muchos de estos “homo sovieticus”, que hablaban en ruso en sus casas, se han convertido en buenos ciudadanos de Ucrania y participaron en la revolución del Maidán. Ahora mismo, muchos de los soldados que luchan contra Rusia siguen hablando en ruso. Esto es un fenómeno muy difícil de entender fuera de Ucrania, pero es una prueba de cómo cambia la identidad.

¿Cómo está viviendo la guerra en Lviv? ¿Cómo se desarrollan los cursos en la universidad en esta situación?

Antes de la guerra era imposible imaginar cómo sería vivir una guerra, pero se puede hacer, especialmente si estás lejos del frente, como es el caso de Lviv. La vida se desarrolla de un modo normal y, al mismo tiempo, nuestra universidad es pequeña, tiene unos 3.000 estudiantes, y seguimos dando las clases en las aulas. Los estudiantes siguen su vida porque, según las leyes actuales, el reclutamiento es obligatorio a partir de los 25 años, por lo que no afecta a los estudiantes universitarios que acaban la licenciatura a los 21-22 años y pueden decidir qué camino seguir. Por supuesto, nos hemos acostumbrado a las sirenas de los bombardeos rusos, pero Lviv es mucho más segura que las ciudades más próximas al frente.