Según las últimas encuestas, la Alianza por la Unión de Rumanos (AUR), nacido en 2019, sería la primera opción para mayoría de los rumanos en las próximas elecciones europeas, pudiendo conseguir hasta 12 diputados. Por detrás se sitúan los partidos que actualmente conforman el gobierno, el Partido Socialdemócrata (PSD, miembro de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas) con 9, y el Partido Nacional Liberal (PNL, que pertenece al Partido Popular Europeo) con 8.
La corrupción de los socialistas rumanos, una de las características más comunes en los gobiernos socialistas, como hemos visto hasta hace bien poco en Portugal o como vemos diariamente en España, se ha cobrado su precio en la credibilidad del gobierno de coalición de Klaus Iohannis. Como respuesta al crecimiento de AUR, socialistas y populares han decidido concurrir juntos en las elecciones europeas, un hecho sin precedentes, y también adelantar las opiniones municipales para que coincidan con las europeas.
En opinión de Claudiu Tarziu, presidente del Consejo Nacional de AUR y su líder en el Senado rumano y, estos movimientos tienen como único objetivo impedir que AUR se convierta en el ganador de las elecciones de junio: “Han anunciado que se presentarán en listas conjuntas a las elecciones al Parlamento Europeo. Un absurdo. Por otro lado, ni las buenas prácticas ni siquiera la ley que prohíbe la posibilidad de cambiar el calendario electoral con tan poca antelación impidieron que estos dos partidos corruptos decidieran hacerlo. La única razón por la que el Partido Socialdemócrata y el Partido Nacional Liberal hicieron esta fusión entre dos tipos de elecciones con reglas extremadamente diferentes es porque los socialistas y los liberales, controlados por el presidente Iohannis, creen que es la única manera que tienen de impedir que el partido AUR gane las elecciones”.
No obstante, parece muy poco probable que estas maniobras impidan el éxito electoral de AUR en las locales y las europeas. En Bruselas, AUR quiere unirse al Grupo Europeo de Conservadores y Reformistas (ECR), y mantiene una muy buena relación con su presidente, Giorgia Meloni. Un grupo que podría convertirse en la tercera o cuarta fuerza política europea en unas elecciones en las que se pronostica un importante giro a la derecha por parte del electorado. Durante la CPAC, celebrada en Washington el pasado mes de febrero, una delegación de AUR estuvo presente en la convención para afianzar la presencia internacional del partido y establecer lazos de colaboración con los Republicanos, y coincidió con las delegaciones de distintos partidos de ECR. Para Tarziu, “fue una excelente oportunidad para reunirnos con socios republicanos y conservadores y difundir nuestro mensaje. También nos encontramos con muchos amigos del grupo ECR, con la misma visión que la nuestra y con los que debemos luchar en el futuro Parlamento Europeo”.
Las declaraciones de Trump acerca de la OTAN han causado alarma en muchos países europeos y son también utilizados por los medios de comunicación, que señalan a cualquier político o partido que tenga relación con el candidato Republicano prácticamente como un “amigo de Putin”. Lo mismo ha sucedido en Rumania, donde los medios han criticado duramente la presencia de AUR en la convención. “Trump ha dicho que los países miembros de la OTAN deben cumplir su compromiso con el gasto en defensa. ¿Tiene razón o no? Sí, la tiene”, afirma Tarziu. “Para que esta Alianza funcione plenamente, sus Estados miembros deben hacer lo necesario. Tal y como yo lo veo, Donald Trump no ha hecho más que defender en voz alta lo que otros sólo piensan”.
Sin embargo, los mayores ataques hasta el momento contra AUR han venido a raíz de un discurso pronunciado por Claudiu Tarziu con motivo del 165 aniversario de la unificación de Moldavia y Valaquia. Varios medios se hicieron eco del discurso y acusaron a Tarziu de querer anexionarse territorios ucranianos en connivencia, como no, con Putin. “Lo que dije”, recalca Tarziu, “es que no podemos renunciar a nuestro ideal nacional de reunificar Rumanía dentro de sus fronteras históricas, y que sólo esta reunificación natural puede hacernos verdaderamente soberanos. Nunca hablé de “anexión”, y no hice ninguna referencia a la OTAN ni a la hipótesis de que Rumanía pudiera abandonar la Alianza del Atlántico Norte, nuestro principal garante de seguridad. Fue pura intoxicación. Para el partido AUR, Rumanía como miembro de la OTAN es la única opción estratégica, y nuestro interés nacional es absolutamente formar parte de esta Alianza con sus derechos y obligaciones. Pero nuestro ideal de reunificación Rumanía-Moldavia es legítimo y debemos apoyarlo plenamente”.
Respecto a la connivencia con Putin, Tarziu es muy claro en su opinión con respecto a la invasión rusa: “Nuestra posición ha sido y sigue siendo la misma: condenamos enérgica e inequívocamente la injustificada agresión de Vladimir Putin contra Ucrania. Se trata de un acto criminal, que ningún ser humano racional puede aprobar o tolerar, ordenado por un dirigente estatal que persigue una política cruel e imperialista”.
Para Tarziu, esta es campaña orquestada por “sus adversarios políticos y agentes de influencia en los grandes medios de comunicación, que me han atacado manipulando y tergiversando todo mi discurso. Todas las acusaciones y la desinformación que difunden estos mentirosos están relacionadas con su creciente temor a que AUR, la única fuerza soberanista y conservadora de Rumanía, gane las elecciones y consiga lo que otros solo han fingido: una Rumanía fuerte dentro de la UE”.
Con campañas o sin ellas, AUR sigue encabezando las encuestas y, como otras fuerzas conservadoras en varios países europeos, puede dar la vuelta al tablero político de Rumanía. Lo que es evidente es que si esas expectativas se hacen una realidad en un año en el que los rumanos están llamados a votar en las elecciones europeas, locales, generales y presidenciales, AUR será una pieza clave en el futuro de Rumanía.
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