Entrevista con Álex Lachhein, naturalista de campo, escritor y divulgador medioambiental. Autor del polémico libro «Wuhan: Peste Roja y Caso Abierto». Álex Lachhein ha trabajado en diversos parques biológicos de nuestro país, participado en infinidad de producciones en calidad de ‘Animal Trainer’, y es un experto reconocido en el trabajo de comunicación conservacionista tras más de treinta años ininterrumpidos de profesión trabajando con animales de todo tipo.
Álvaro Peñas: Posiblemente en febrero, el Parlamento español aprobará la ley de protección de los derechos y bienestar de los animales. Un nombre muy bonito, pero que tendrá consecuencias muy graves.
Álex Lachhein: Si, y que parte de una falsedad, porque los animales no pueden tener derechos puesto que no tienen obligaciones. El pleno se celebrará a inicios o mediados de febrero, pero el problema con esta ley es que no se está contando lo que implica. En los medios de comunicación se habla de que va a ser necesario un curso para tener perro, pero lo que esconde es un ataque directo a los derechos y libertades de los ciudadanos. Uno de los objetivos del marxismo cultural es cambiar la sociedad socavando sus pilares culturales, no económicos, y cercenar la relación del hombre con el medio natural es una forma de modificar nuestra forma de vivir. Y para conseguir eso el movimiento vegano/animalista busca acabar con cualquier aprovechamiento tradicional y sostenible de los animales, para acabar con lo que llaman “especismo”, es decir, discriminar a los seres vivos por especies. Es un objetivo muy amplio y no se puede conseguir de la noche a la mañana y tiene otros objetivos como vaciar el mundo rural o acabar con la ganadería.
La mayoría de la gente cree que los animales tienen derechos.
Así es. Si saliésemos a la calle a preguntar a la gente, la gran mayoría afirmaría que los animales tienen derechos. Esta creencia está respaldada por una falsa declaración universal de la UNESCO de los derechos de los animales, que ha sido muy difundida por periodistas y políticos progres. Es un texto de catorce artículos de la Liga Internacional de los Derechos del Animal cuyo primer artículo dice que los animales están en la misma categoría jurídica de los seres humanos, es decir, que tienen los mismos derechos. Puede imaginar cómo eran los otros 13. Esta declaración se leyó en la Gran Sala de la UNESCO de París en tres idiomas (árabe, inglés y francés) en octubre de 1978, se entregó al secretario general de la UNESCO, y ahí acabó todo. Jamás fue adoptado ni reconocido por nadie. El texto fue muy criticado y en 1989 se presentó un nuevo documento de 10 artículos en Ginebra que, de nuevo, no fue adoptado por ningún organismo ni Estado. Es decir, es un cuento.
Entonces, como señalaba antes, tenemos una ley que parte de una premisa falsa.
Sí, pero si mientes una y otra vez, desde distintos ángulos, en televisión, radio y en todas partes, la gente acabará por creerse la mentira. Y si ahora dices que esta ley es innecesaria y que los animales no tienen derechos, te llamaran negacionista, asesino, cazador, etc. La exposición de motivos de la proposición de ley lo deja muy claro: su objetivo no es el bienestar de los animales, sino proteger y promover su dignidad. Es una cuestión totalmente ideológica para acabar con la relación de los animales con los seres humanos, y no sólo en un aspecto alimenticio: no puedes consumir huevos porque es explotación de la gallina, no puedes tomar miel porque es aprovecharse del trabajo de las abejas, no puedes vestir un jersey de lana porque te estás aprovechando del pelo de una oveja, y todo esto es especismo. El veganismo no es una dieta, es una filosofía de vida en la que los seres humanos somos un cáncer para el planeta.
Sin embargo, este animalismo es cada vez más impulsado desde la política.
Por la política y los medios de comunicación. En todos los partidos progres hay un departamento animalista y vegano, y en España hay una asociación parlamentaria por los derechos de los animales formada por diputados de todos los partidos excepto VOX. A nivel europeo hay un lobby, Eurogroup for Animals, con sede en Bruselas, formado por más de 80 asociaciones veganas y animalistas de toda Europa (en España: FAADA, ANDA, AAP Primadomus y AnimaNaturalis). Su hoja de ruta es muy clara y fijan sus objetivos para cada año, unos objetivos que están logrando: En el 2019, su objetivo eran los animales de granja y ya vemos como se criminaliza ahora el consumo de carne; en el 2020, el objetivo era la protección de los carnívoros y lo han conseguido con el lobo; en el 2021, el objetivo era prohibir los animales de los circos y ya no queda ni un circo tradicional; en el 2022, la experimentación con los animales; y para este año los peces, con nuevas reglamentaciones más restrictivas para la pesca.
Volviendo a la ley, parece que va a haber un cambio con respecto a los perros de caza, lo que ha provocado un conflicto entre los comunistas de Podemos y sus socios del PSOE.
Esta proposición de ley se hizo pública como anteproyecto el verano pasado, se han presentado más de 6.000 alegaciones (es la ley más contestada de la historia de la democracia) y no se ha dado respuesta a ninguna de ellas. Además, la ley va a modificar el Código Penal, ampliando el maltrato animal a todos los animales vertebrados. Esto va a causar una inseguridad jurídica tremenda, por ejemplo, matar a una rata que entre en tu casa serían 36 meses de cárcel y una multa. De locos, pero el objetivo final de esta modificación es acabar con la caza.
Frente a este proyecto de ley se convocó una enorme manifestación de más de 600.000 personas convocadas por las federaciones de caza en la que también invitaron a otros sectores del mundo rural como agricultores, regantes, etc. La manifestación, poco y mal cubierta por los grandes medios, fue lo que provocó que los socialistas del PSOE hicieran una enmienda contra su propia ley sobre todos los animales de trabajo, no sólo los perros de caza, sino también caballos, burros, mulas, aves de cetrería, animales en actividades deportivas, etc. Porque tal como estaba la ley, un cazador no podría criar a sus perros de caza a menos que se convirtiera en un criador profesional. Esta enmienda socialista fue aprobada el 22 de diciembre con el apoyo de PNV, PP y VOX, provocando el enfado de Podemos que afirmó que no iba a votar a favor de la ley si llevaba esta enmienda.
¿Quién se ha encargado de la elaboración de la ley?
Todo sale del Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, de Ione Belarra, y de uno de sus departamentos, la “Dirección general de los derechos de los animales” de Sergio García Torres. Una persona sin ninguna formación específica sobre esa materia, un activista que fue coordinador de AnimaNaturalis, es la que acaba decidiendo sobre cuestiones en donde el único competente era el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Un objetivo, por cierto, de Eurogroup for Animals: que sean las asociaciones y no ningún organismo de agricultura los que gestionen todo lo relativo a los animales. García Torres maneja más de 7 millones de euros de presupuesto de los que cerca de 2 millones han ido a parar a distintas asociaciones en forma de subvención.
¿Era necesaria esta ley? ¿Estaban los animales a merced de los maltratadores?
No, es una ley totalmente innecesaria porque los animales están totalmente protegidos. España lidera el ranking de países mas garantistas con respecto a la protección animal. Es una ley ideológica con dos caballos de troya fundamentales: el primero, del que ya hemos hablado, la modificación del maltrato animal en el Código Penal para ir contra la caza, y el segundo es la figura de los listados positivos para ir contra la tenencia de mascotas porque el animalismo siempre ha considerado que tener mascotas es aprovecharse de los animales, es especismo. España firmó un convenio en los años 70, el Convenio de Washington (CITES), que regula el comercio de especies vegetales y animales que necesitan de algún tipo de protección. El CITES elabora unas listas negativas, que son animales que deben estar protegidos y que dejan a miles de especies fuera, y por el contrario, el animalismo busca crear las listas positivas, es decir, que sólo pueden ser mascotas los animales que figuran en la lista y cualquier animal que se quede fuera estará prohibido. La ley prevé que un comité de expertos decida que animales estarán en la lista, pero el efecto de una lista restringida, como quieren los animalistas, será el cierre de las tiendas de mascotas, los criaderos privados de animales, etc.
Para tener una mascota va a ser necesario hacer un curso y cumplir bastantes requisitos, ¿esto no puede provocar que muchas personas abandonen a sus mascotas antes de que se empiece a aplicar la ley?
Ya está pasando. En algunos sitios la prensa ha publicado que la ley ya está en vigor y muchas personas han soltado a sus mascotas. En un pueblo de Sevilla ya han soltado a miles de cobayas. Esta ley es un desastre si se aprueba con la enmienda del PSOE sobre los perros de caza, pero si los socialistas retiran la enmienda, y hacen caso a Podemos, el daño al mundo rural será catastrófico.
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