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Entrevista con Yobana Carril: “Jamás pensé que en España vería que un mismo delito cometido por una persona o por otra, y por razón de sexo, tuviera un castigo distinto”

2023-04-11
Tiempo de lectura: 8 min
Entrevista con la abogada Yobana Carril, propietaria y fundadora de Celtius Abogados, bufete especializado en la defensa de los hombres maltratados por la actual Ley de Violencia de Género.

 

Álvaro Peñas: Llevamos 18 años con la Ley Integral de Violencia de Género. ¿Qué efecto ha tenido esta ley?

Yobana Carril: A nivel general lo que ha provocado es un fraccionamiento social enorme. En los años 80-90, antes de la aparición de esta ley, hombres y mujeres ya teníamos los mismos derechos. Nos relacionábamos como personas, no como hombres-mujeres, y esta ley lo que ha conseguido es dividirnos. A las chicas jóvenes les enseñan que han de tener miedo de los hombres per se, por el mero hecho de ser hombres, porque por ser hombres son agresivos, y ellas, por el mero hecho de ser mujeres, son seres vulnerables. Y los hombres, debido a las consecuencias y a la aplicación perversa de esta ley, tienen al mismo tiempo miedo a las mujeres porque saben que con 5 minutos en comisaría una mujer puede hundir una vida. Este fraccionamiento social es para mí la consecuencia más grave, aparte de un varapalo al Estado de derecho porque hemos pasado del derecho de hecho al derecho de autor. Yo jamás pensé que en España vería que un mismo delito cometido por una persona o por otra, y por razón de sexo, tuviera un castigo distinto.

Por no hablar de la presunción de inocencia.

Efectivamente. El Tribunal  Supremo estableció tres requisitos muy sencillos con los que la declaración de una mujer es prueba de cargo suficiente para condenar a un hombre. Lo único que tiene que hacer una mujer para que su palabra constituya una prueba es que haya una ausencia de incredibilidad subjetiva, es decir, que presente la denuncia mostrando algún tipo de animadversión al denunciado. Segundo, que sea persistente, es decir que cuente la misma versión a la policía y luego al juez. Por último, que exista un elemento corroborador periférico. Por ejemplo, acudir a un hospital diciendo que se ha sufrido un ataque de ansiedad. En resumen: buena memoria, parte de ansiedad en el hospital y no decir que la denuncia es por venganza, y la palabra de la mujer se convierte en prueba.

¿Y cómo es posible que esta ley fuese juzgada constitucional por el Tribunal Constitucional?

La ley fue considerada constitucional con votos en contra y la decisión no fue unánime. Y los que fallaron a favor, dijeron que la proclamación de esta ley era para saldar una deuda histórica que los hombres españoles tenían con las mujeres españoles por todos los años que ellas no habían tenido derechos, es decir, que esta ley es una revancha. Hace unos 4 o 5 años, Alfonso Guerra, que fue ministro del gobierno que aprobó la ley, reconoció que cuando plantearon la LIVG creyeron que el Tribunal Constitucional la iba a rechazar. Cuando Alfonso Guerra le preguntó al presidente del tribunal cómo habían declsrado constitucional una ley que iba contra el artículo 14 de la Constitución, la respuesta fue que se debió a las presiones del gobierno. Esto se dijo públicamente y en un medio de comunicación, y esto, que en otro país sería un escándalo, ha quedado como una anécdota.  

La ley tampoco ha servido para reducir lo que ellos definen como “violencia de género”.

Es normal. Cuando quieres cambiar las cosas debes hacer un análisis sensato y objetivo de cuáles son los factores que hacen que se produzcan un determinado tipo de crímenes. Cuando haces una ley sobre una premisa falsa, todo lo que va detrás y todos los recursos utilizados se basan en esa premisa falsa y, por tanto, no hay resultados. ¿Cuál es esa premisa falsa? Que toda agresión que acabe en asesinato o lesiones de un hombre hacia la que es o fue su mujer, se debe a motivos machistas. Como eso no es cierto ya que sólo una ínfima minoria se debe a causas machistas y los hombres matan a las mujeres por las mismas causas por las que las mujeres matan a los hombres: enfermedades mentales, drogadicción, alcoholismo, celos, venganza, etc. Como eso no se estudia y, según esta ley, cualquier hombre que asesina o agrede a una mujer lo hace por motivos machistas, todos los recursos se vuelcan en eso y se olvidan los demás factores. Pero por otro lado sí consiguen lo que quieren porque, evidentemente, el número de muertes y de agresiones no baja y el circo sigue su función.

Mencionaba que la “deuda histórica” con las mujeres había servido de excusa para esta ley contra los hombres.

Sí, pero es que no se puede analizar el pasado con la mirada de hoy. Mi bisabuela no pudo votar, es un dato objetivo y fue perjudicada. Pero, por ejemplo, yo no tuve que cumplir un año de servicio militar y mi marido sí, entonces ¿cómo pagamos la deuda histórica de los varones que fueron obligados a entregar un año de sus vidas al Estado? Si empezamos a mirar hacia atrás, ¿cuándo paramos? ¿Nos remontamos a los fenicios o a los romanos? Es absurdo. El revanchismo no lleva a ninguna parte.  

Es absurdo, pero es una prueba de su fanatismo. Las feministas que hoy ostentan el poder son mujeres jóvenes que hablan de los hombres como si fuesen auténticos monstruos.

Porque viven fuera de la realidad, fuera del mundo. Hablan de la generación anterior como si los hombres fueran depredadores y las mujeres sus víctimas, cuando nos tratábamos en una perfecta y respetuosa igualdad. Estas feministas exigen los mismos derechos, pero cuando les preguntas qué derechos les faltan a las mujeres no son capaces de mencionar ni uno solo.

Otro de los grandes avances feministas ha sido la ley del “sólo sí es sí”, con más de 700 reducciones de pena a agresores sexuales. La respuesta de la izquierda ha sido culpar a los jueces.

Es increíble. Para empezar, que un ministro del gobierno critique el sistema judicial de su propio país es vergonzoso a nivel internacional y también nacional. Segundo,  es absolutamente falso. Los jueces aplican la ley y en las penas no hay interpretación posible, son matemáticas. Los jueces están obligados a aplicar la legislación vigente y, según nuestro código penal, al reo hay que aplicarle la ley que le sea más favorable. El problema viene cuando se quiere contentar a los votantes y mantener la maquinaria feminista a costa de sacar precipitadamente una ley populista y feminista sin preocuparse de las consecuencias. Y cuando llegan las consecuencias, en lugar de asumir tus responsabilidades se echa la culpa al sistema judicial de todo un país. Han rebajado penas jueces conservadores y progresistas, hombres y mujeres, porque todos están obligados a aplicar la ley.

Desde el feminismo en el gobierno se están ofreciendo encuestas sobre si las mujeres prefieren la masturbación o las relaciones heterosexuales. ¿Están convirtiendo la obsesión con el sexo en la nueva bandera feminista?

Sí, pero esto no es anecdótico y el problema es que vulneran y quiebran los cimientos de nuestro Estado de Derecho. Cuando desde un gobierno te dicen lo que te debe gustar y lo que no, y cómo debes relacionarte con las personas y contigo mismo, se está iniciando un camino que no nos va a gustar recorrer.

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