España: Precampaña electoral, odio y Agenda 2030
A un mes de las próximas elecciones regionales y locales en España, los partidos políticos han iniciado la precampaña electoral, con actos y mítines cada vez más frecuentes. En la izquierda las grandes preguntas son: el desgaste del Partido Socialista; el efecto de la aparición de Sumar, dirigido por la comunista ministra de trabajo Yolanda Díaz; y el más que posible hundimiento de Podemos. En la derecha, la cuestión está en cuál será el modelo de las relaciones entre el Partido Popular y VOX, y en el crecimiento del partido de Santiago Abascal. ¿Habrá más pactos como el de Castilla y León o el PP estará dispuesto a pactar con los socialistas?
Dentro de la izquierda, es llamativo el aislamiento de Podemos, responsable de idear algunas de las leyes más radicales del gobierno actual. Los socialistas, sin los que la aprobación de esas leyes no hubiera sido posible, se distancian ahora de sus socios de gobierno y, por otro lado, una nueva escisión llamada Sumar amenaza con hundir sus perspectivas electorales (hasta el punto de que quieren formar una coalición electoral con su escisión). Podemos sufrió una derrota en el Parlamento a mano de sus socios socialistas con la aprobación de una serie de cambios a la ley del “sólo sí es sí” para frenar la rebaja de condenas a los agresores sexuales (más de un millar han sido beneficiados por esta ley). El Partido Popular apoyó con grandes aplausos la reforma del PSOE e incluso habló de una “derogación” gracias a los cambios. Su portavoz, Borja Sémper, declaró que el PP mantendrá la ley una vez llegué al gobierno. Aquí es importante destacar que esta ley, tras corregir sus efectos negativos más inmediatos, no deja de ser una iniciativa más de la izquierda radical aprobada por los partidos “moderados”. VOX, cuyas enmiendas fueron rechazadas, decidió no participar en la votación. La diputada Carla Toscano afirmó que “con esta reforma que mantiene la violación de derechos fundamentales, la violación de la presunción de inocencia, de libertades básicas y de igualdad ante la ley, no se va a proteger más a las mujeres”. Y que esta ley, como muchas otras de las leyes feministas, es “una herramienta más de la izquierda para dividir a hombres y mujeres”.
Dónde Podemos sí ha contado con el apoyo del PSOE ha sido en la nueva Ley de Vivienda, una ley que ha sido aprobada gracias a los votos de los partidos separatistas y que llevaba más de un año parada. Está ley, que limita los alquileres y dificulta los desahucios, ha sido denunciada por los sindicatos policiales porque favorece la okupación, una verdadera plaga en algunos lugares de España. Por el contrario, el Gobierno de Castilla y León, formado por Partido Popular y VOX, aprobó una medida para echar a los “okupas” en 48 horas. A pesar de las dificultades por parte del PP para cumplir algunos de los acuerdos con VOX, el Gobierno de Castilla y León es para muchos un ejemplo de lo que podría ser un futuro Gobierno de España.
Desenterrando odios
“Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia”. Este fue el testamento de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, que fue asesinado por el Frente Popular el 20 de noviembre de 1936. Hoy, 86 años después, un gobierno que se proclama orgulloso heredero del Frente Popular de socialistas, comunistas y separatistas, ha obligado a la familia de José Antonio a sacarlo de su tumba en el Valle de los Caídos. Es un ejemplo más de revanchismo histórico y de cómo la izquierda pretende desenterrar odios del pasado para enfrentar a los españoles. Algunos incluso quieren destruir la Cruz, la más grande del mundo, en su afán de reescribir la historia. Desgraciadamente, este suceso lamentable podría haberse evitado si el Gobierno de la Comunidad de Madrid, liderado por la popular Isabel Díaz Ayuso, hubiera aceptado convertir el valle en un bien de interés cultural. Sin embargo, siguiendo la política habitual de no combatir los postulados ideológicos de la izquierda, la respuesta del Partido Popular fue, por un lado, mentir, diciendo que no tenía competencias, lo que es falso y, por otro, decir que estaban preocupados por asuntos más importantes. También fue lamentable la respuesta de la Conferencia Episcopal cuyo portavoz César García Magán, como Poncio Pilatos, señaló que no tenía “nada que decir” sobre la exhumación de José Antonio Primo de Rivera ni de la continuidad de los benedictinos en el Valle de los Caídos. Parece que todos olvidan que no se puede construir el futuro sin defender el pasado, y menos aún sin respetar a sus muertos.
Agenda 2030 y 1 de mayo
Con motivo del 1 de mayo, Solidaridad, el sindicato vinculado a VOX, desplegó una enorme pancarta en Madrid convocando a la manifestación y denunciando la Agenda 2030. En el cartel, el eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo, un político que ha definido la Agenda 2030 como el “evangelio”, actúa de sacerdote globalista y casa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Los invitados a la boda de la Agenda 2030 incluyen a comunistas, independentistas, líderes del Foro de Sao Paulo, como Evo Morales o Lula de Silva, y también destacados miembros del Partido Popular, como Alberto Núñez Feijóo o Isabel Díaz Ayuso. El PP pidió sin éxito la retirada del cartel por retratar a sus líderes con toda la izquierda y extrema izquierda, pero lo cierto es que todos comparten su entusiasmo por la Agenda 2030 que, por cierto, fue introducida en España por el PP. Este es uno de los grandes escollos para la colaboración entre ambos partidos, puesto que VOX se opone radicalmente a la Agenda 2030. Santiago Abascal afirmó que si algún miembro de VOX se manifiesta a favor de la Agenda 2030, será expulsado del partido de inmediato: “Nosotros lo tenemos muy claro. Para nosotros, la Agenda 2030 es el infierno. Lo es para las clases medias, para nuestra agricultura, nuestra industria. El infierno para nuestra Nación”.
Portugal: “Lula, ladrón, tu lugar es la prisión”
El escándalo de corrupción de la TAP sigue de plena actualidad a pesar de que la comisión de investigación se encuentra aún en su fase inicial, sin embargo, las declaraciones de la consejera delegada destituida por el Gobierno, Christine Ourmières-Widener, y de Alexandra Reis, ex directora de la aerolínea, apuntan a un entramado entre el Gobierno, el Partido Socialista y el consejo de administración de la TAP. Incluso la Presidencia de la República tuvo que aclarar mediante una declaración escrita que nunca se había puesto en contacto con la TAP, ni con ningún miembro del Gobierno, en relación a un vuelo desde Mozambique, en marzo de 2022, citado en varios correos electrónicos investigados por la comisión parlamentaria. Según se leyó en la comisión, el ex secretario de Estado de Infraestructuras, Hugo Mendes, argumentaba que era importante mantener al Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, como un aliado de la TAP. A causa de estas y otras informaciones, el presidente de CHEGA, André Ventura, anunció el inicio de una acción popular contra el Estado ante el Tribunal Supremo Administrativo por las indemnizaciones pagadas por TAP: “una indemnización absolutamente ilegal e inmoral”.
Además de por este asunto, Marcelo Rebelo de Sousa fue noticia por vetar por cuarta vez la ley parlamentaria aprobada por la izquierda para despenalizar la eutanasia, pidiendo al Parlamento que aclare dos puntos de la nueva ley: “Quién define la incapacidad física del paciente para autoadministrarse fármacos letales, así como quién debe garantizar la supervisión médica durante el acto de muerte médicamente asistida”. De nuevo, Rebelo de Sousa se mantiene firme ante los dogmas ideológicos planteados por la izquierda. Sin embargo, no puede decirse lo mismo del mayor partido de la oposición, los populares del PSD, que, de acuerdo con los partidos de la izquierda, celebraron la visita de Lula da Silva a Portugal, aunque afirmaron que la sesión solemne no debería celebrarse durante las celebraciones del 25 de abril porque, en palabras de su líder parlamentario, Joaquim Miranda Sarmento, el presidente de Brasil “merece la dignidad de tener su propio día”. Curiosamente, lo mismo ha sucedido en España con la visita a primeros de mayo del exguerrillero Gustavo Petro, presidente de Colombia. A pesar de criticar en muchas ocasiones a España por la conquista de América y de apoyar a los separatistas catalanes, Petro fue ovacionado por todos los partidos en el Parlamento, salvo por los diputados de VOX que abandonaron el hemiciclo, fue condecorado con la Orden de Isabel la Católica y recibió la llave de oro de Madrid de manos de su alcalde, José Luis Martínez Almeida, del Partido Popular.
La visita de Lula a Portugal vino cargada de más polémica por las declaraciones del presidente brasileño en Pekín, asumiendo las tesis rusas y acusando a Estados Unidos de “alentar la guerra”. Por ese motivo, las asociaciones ucranianas en Portugal protestaron contra su visita, pero fue CHEGA, en una convocatoria que reunió a unas 2.000 personas, la que escenificó el rechazo a la presencia de Lula da Silva en el Parlamento portugués. Bajo los lemas, “Lula, ladrón, tu lugar es la prisión”, y “Tolerancia cero con la corrupción”, y con numerosas banderas de Portugal, Brasil e incluso Ucrania, la manifestación transcurrió sin incidentes.
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